Las palabras no son neutras. Las palabras abren cajones emocionales en las personas que las escuchan. Hay palabras que curan, hay palabras que enferman, hay palabras que ayudan, hay palabras que anulan, hay palabras que sobran y hay palabras que faltan…
Por este motivo, te invito a que, a partir de ahora, seas más consciente de cuál es el impacto que tus palabras generan en el otro. Muchas veces buscamos una intención y conseguimos un impacto diferente.
Cuando mantenemos una conversación con alguien podemos“contestar o reaccionar».
Contestamos cuando estamos escuchando a nuestro interlocutor y seguimos una secuencia de preguntas y respuestas que tienen un hilo conductor y que se convierten en una especie de «baile conversacional» consiguiendo que las personas que están manteniendo dicha conversación empaticen y amplíen sus respectivos enfoques mentales.
Por otro lado, en ciertos momentos ( quizás mucho más a menudo de lo que nos gustaría ) en lugar de contestar lo que hacemos es reaccionar a las preguntas que nuestro interlocutor nos hace. Esto demuestra que no hemos sido capaces de desprendernos de nuestro prejuicios y paradigmas mentales y , por lo tanto, no estamos escuchando , sino oyendo, lo que la otra parte nos está contando y que seguimos anclados en nuestro esquema mental no siendo capaces de entender otro ángulo diferente al nuestro.
Y tú, en las conversaciones, personales y profesionales, ¿reaccionas o contestas…?